Negocios

Cómo saber si una idea de negocio es suficientemente buena

por Sara Martínez | 26 diciembre, 2019

Emprender es sin duda una aventura. Pero antes de lanzarte a la piscina debes tener en cuenta que no todas las ideas son buenas ideas de negocio. La creatividad y la innovación juegan un papel fundamental a la hora de dar el siguiente paso. Pero cuidado, porque el estudio y el análisis de esas ideas también son claves.

 

El desafío de emprender no está en la falta de ideas o inspiración, sino en saber cuál de esas ideas justifica tu tiempo y tu dinero. ¿Y cómo se distinguen las buenas ideas? Te presentamos una lista con una serie de preguntas que debes hacerte para decidir si vale la pena apostar por tu idea de negocio.

 

Checklist definitiva para saber si tu idea de negocio es buena

 

Según Forbes, ser emprendedor es tener la capacidad, el espíritu, la pasión y la iniciativa para desarrollar cualquier proyecto o negocio, siempre teniendo en cuenta los riesgos asociados.

 

¿Existe una necesidad? En caso contrario, ¿puedes desarrollarla?

 

Para que una idea de negocio tenga éxito debe existir una necesidad que tu producto o servicio pueda satisfacer. Y en caso de que no exista, debes conseguir crearla y desarrollarla.

 

La tendencia común entre los emprendedores es sobreestimar el potencial del mercado. Evita cometer este error e intenta basarte en datos y hechos concretos: el éxito de productos similares, el valor de mercado, el historial de los competidores... Eso sí, asume siempre que se trata de estimaciones y que puedes estar equivocado. Crear escenarios alternativos para diferentes volúmenes de demanda te ayudará saber si tu idea de negocio es factible.

 

¿Tu idea es un producto o servicio que ofrece soluciones a un problema?

 

Si el producto o servicio que quieres crear tiene respuesta o solución a un problema existente, vas por buen camino.

 

¿Tu idea de negocio es única?

 

Es posible que estés ofreciendo un producto o servicio nuevo, o que se trate de algo más cómodo, rápido o barato. Sin embargo, puedes ir mucho más allá: una nueva tecnología o aplicación de algo ya conocido, algo completamente innovador… El objetivo es conocer cuáles son los aspectos qué hacen diferente a tu idea de negocio.

 

Descubre algunos consejos sobre cómo desarrollar estrategias que te ayuden a crear una marca de confianza.

 

¿El potencial es superior al riesgo?

 

Tu idea de negocio seguramente tendrá algunos riesgos asociados. ¡No te desanimes! Haz un análisis realista, por ejemplo, recurriendo a un estudio de mercado que te permita evaluar si el potencial del negocio supera a los riesgos.

 

Para estimar el peso que tienen esos riesgos en el negocio, puedes asociar un impacto y una probabilidad a cada riesgo. Puedes puntuar del 1 al 5 cada uno y, al multiplicar estas dos variables, construir un sistema de puntuación para cada factor de riesgo.

 

Un ejemplo: los cambios en la legislación que regula el sector en el que operarás puede ser un riesgo de baja probabilidad (2) pero de alto impacto (5), ya que afectaría a todo el negocio. Por lo tanto, el resultado final será 10. De este modo, todos los riesgos con una puntuación superior a 10 serán considerados "más peligrosos". De esta forma, puedes anticiparte y tomar medidas para mitigar los riesgos.

 

Esta misma regla puede ser aplicada a la previsión de oportunidades. Por ejemplo, el potencial de venta de tu negocio a un "player" del sector.

 

¿Puede tu público objetivo pagar por tu producto o servicio?

 

A la hora de desarrollar tu idea de negocio, es muy importante tener en cuenta si las personas que desean y necesitan tu producto o servicio pueden permitírselo. Piensa que tu idea puede ser brillante, pero si es inaccesible será un auténtico fracaso.

 

Recuerda que el emprendedor suele sobrestimar el valor que las personas están dispuestas a pagar por su servicio. El secreto está en crear escenarios alternativos para evaluar la viabilidad del negocio con diferentes escalas de precio.

 

¿Tienes la experiencia necesaria para iniciar el proyecto?

 

En caso de que no la tengas, rodéate de quien la tenga. Por ejemplo, si tienes una idea de negocio para el desarrollo de una app, pero no tienes suficientes conocimientos de programación para ponerla en práctica, busca un aliado que pueda trabajar en esa área. Otra alternativa puede ser lanzarte a la aventura y aprender programación por ti mismo.

 

El conocimiento siempre puede ser útil para futuros proyectos. Por lo que es importante que intentes comprender cómo funciona todo, desde la concepción o la elaboración, hasta el producto final.

 

¿Tu proyecto será rentable?

 

¿Cuáles son las fuentes de ingresos? ¿Quiénes son los clientes potenciales? ¿Y los proveedores? ¿Los plazos de cobro y pago? Para responder estas y otras preguntas, no hay nada mejor que desarrollar un plan de negocios. Y recuerda que en una etapa inicial conviene hacer previsiones con márgenes elevadas, teniendo siempre en cuenta los costes imprevistos.

 

¿Tu negocio tiene potencial de expansión?

 

¿Hasta dónde crees que puedes llegar con esta idea? Intenta ver si hay espacio para la expansión o el crecimiento del negocio: más productos relacionados, otros mercados, otros países, etc.

 

¿Tienes capacidad para financiar tu proyecto?

 

Si tu idea de negocio requiere una gran inversión financiera y no puedes llevarla a cabo por tu cuenta, busca apoyo de otras entidades. Analiza muy bien las condiciones que te exigen dichas entidades e intenta ofrecer alguna garantía a los inversores.

 

¿Sabes cómo hacer el pitch de ventas perfecto?

 

¿Tienes pasión por tu idea de negocio?

 

Esta es una pregunta clave: ¿te apasiona tu idea? Porque, si es así, tienes medio camino recorrido. Un emprendedor tiene muchas más probabilidades de triunfar si cree fervientemente en su idea.

 

Si la mayor parte de las respuestas a estas preguntas son positivas, estás en el buen camino. Si todavía no puedes visualizar tu idea de negocio puesta en práctica, ¡no te rindas! Con trabajo y dedicación todo es posible. Incluso si a día de hoy no te sientes preparado, ¡considéralo una oportunidad para madurar tu idea y, quién sabe, tal vez dar con una mejor idea de negocio!

 

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