Impuestos y Contabilidad

Impuestos directos: ¿sabes cuáles pagas?

por Sara Martínez | 27 junio, 2018

Los impuestos directos son aquellos que se aplican sobre la obtención de rentas o el patrimonio del sujeto pasivo, y se denominan directos porque se aplican directamente sobre el contribuyente. Un ejemplo de este tipo de impuestos sería el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas) que es el que paga el ciudadano en función de sus ingresos.

 

La diferencia principal con los impuestos indirectos es que estos gravan generalmente el consumo o la transmisión de bienes. El IVA, el impuesto sobre el alcohol y bebidas alcohólicas, el de hidrocarburos o el impuesto sobre transmisiones patrimoniales son algunos de los impuestos indirectos más significativos.

 

Otra de las diferencias es que los impuestos directos pueden tener un carácter progresivo, ya que gravan directamente sobre la riqueza en sí misma, es decir, quien más tiene más paga. Esto no ocurre con los impuestos indirectos.

 

 

 

¿Qué impuestos directos pagan las empresas en España?

 

Para entender mejor cómo funciona el gravamen de los impuestos directos a continuación vamos a ver cuáles son los principales tributos que pueden afectar a tu negocio:

 

 

Impuesto sobre la Renta de Personas Físicas

 

El IRPF es el impuesto más representativo del sistema tributario español y el ejemplo perfecto de impuesto progresivo. Grava las rentas obtenidas por personas físicas (incluidos los autónomos) durante un ejercicio fiscal acorde con una serie de escalas o tramos. Estos tramos indican el importe de los porcentajes a tributar en función de los ingresos obtenidos.

 

Hay que tener en cuenta que son las empresas las encargadas de gestionar el pago de este impuesto. Todas las empresas españolas están obligadas a realizar retenciones del IRPF sobre los rendimientos de sus trabajadores y que se abonan a la Agencia Tributaria.

 

 

Impuesto sobre la Renta de no Residentes

 

El Impuesto sobre la Renta de no Residentes grava la renta obtenida en territorio nacional por personas físicas o jurídicas no residentes en España.

 

 

Impuesto de Sociedades

 

El Impuesto de Sociedades es uno de los principales impuestos directos que grava sobre la renta de las empresas, sociedades mercantiles u otras entidades jurídicas. Es similar a la declaración de IRPF pero aplicado a las empresas.

 

Se consideran sujetos pasivos de este impuesto todas las sociedades que se hayan constituido bajo las leyes españolas, y tengan su domicilio social o su sede de dirección efectiva en España.

 

Para saber cuánto tiene que pagar tu empresa debes conocer el tipo impositivo que se aplica en cada caso.

 

 

Impuesto sobre Actividades Económicas

 

El IAE es un impuesto directo que se aplica tanto a autónomos como a sociedades y grava la actividad económica. Su importe es constante, ya que se paga en función de la actividad que se realice, sin tener en cuenta el balance de dicha actividad.

 

Cada una de las actividades económicas posee un epígrafe que define las tarifas y los tipos impositivos que se deben de pagar. En el momento de darte de alta como autónomo o constituir una sociedad, deberás elegir en qué epígrafe quieres darte de alta.

 

Las únicas actividades exentas de pagar este impuesto son las actividades agrícolas, ganaderas, forestales, pesqueras y las entidades sin ánimo de lucro. Además, también quedan exentos todos los autónomos y empresas durante los dos primeros años de actividad, así como las sociedades que tengan un volumen de negocio neto inferior a 1.000.000 €.

 

 

 

¿Cómo reducir al máximo los errores a la hora de hacer la contabilidad de tu empresa?

 

El pago de impuestos es uno de los gastos periódicos que debe afrontar cualquier negocio. La carga fiscal incluye tanto impuestos directos como indirectos, entre los que destaca el IVA, además de una serie de obligaciones, entre las cuales está la presentación de modelos y declaraciones ante la Agencia Tributaria.

 

Para llevar tu contabilidad al día y cumplir con la Agencia Tributaria, es importante encontrar una forma de reducir el margen de error. Un programa de facturación y gestión es la solución perfecta que te hará la vida un poco más fácil.

 

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