El coaching, concretamente el coaching empresarial, es un método que consiste en acompañar, instruir y entrenar a una persona, a un grupo o a una empresa, para ayudarle a cumplir objetivos o desarrollar habilidades específicas. Todo el proceso de coaching combina formación, aprendizaje y autonomía, a través de la motivación, la responsabilidad y la creatividad, con el objetivo de alcanzar el crecimiento.

El coaching empresarial está dirigido a microempresas y PYMEs, y su objetivo es principalmente mejorar la estructura de la empresa. Si crees que tu empresa o tu equipo necesitan coaching, la verdad es que puedes beneficiarte (¡y mucho!) de esta práctica.

Cómo aplicar el coaching empresarial a tu PYME y llevarla hacia el éxito

En primer lugar, vamos a empezar con las definiciones. El Coach es el profesional que acompaña a las personas en su proceso de coaching. Y Coachee es quien recibe la orientación del Coach.

¿Ya has considerado contratar un servicio de coaching empresarial? Es posible que aún no te lo hayas planteado, pero cada vez son más las empresas, microempresas, PYMEs y startups que lo están haciendo. Ya sea para gerentes, líderes o equipos de trabajo, el coaching es una herramienta que puede ser un factor de éxito y marcar la diferencia. ¿Y por qué? Porque el coaching funciona especialmente en tres áreas:

• resolución de conflictos y problemas;
• desarrollo y cumplimiento de metas a largo plazo;
• aumento y mejora del desempeño.

Si, en cambio, asumes el rol de líder y quieres hacer coaching tú mismo, a continuación te damos algunos consejos y pautas para convertirte en el coach que tu equipo de trabajo y tu empresa necesita.

1. Crea relaciones verdaderas y de confianza

Los verdaderos líderes se centran más en el éxito de su equipo que en el suyo propio. Siempre que las acciones de un líder no reflejen esta filosofía pueden surgir obstáculos. Por ese motivo la confianza es clave. Si la confianza no se establece desde el principio, acabará por ser más difícil conseguirla. Un líder nunca debe asumir que su título va necesariamente acompañado de confianza, debe ganársela.

Para lograr esto, es esencial que te enfoques en cada uno de los miembros de tu equipo y tus socios comerciales, en conocer sus objetivos, metas y ambiciones. Solo así podrás ofrecer una auténtica experiencia de coaching a tus empleados, y estos solo se convertirán en coachees si se dan cuenta de que uno de tus enfoques son ellos. 

2. Divide tus metas en objetivos pequeños

Hacer coaching puede suponer un esfuerzo intimidante, más aún si se trata de hacerlo a un equipo o una organización entera. Los mejores coaches dividen sus metas (por ejemplo, el aumento de la productividad) en pequeños objetivos más alcanzables a corto plazo. En caso de que decidas saltarte este paso, es posible que tu audiencia sea mucho menos receptiva a adoptar nuevas estrategias y métodos de trabajo.

3. Oye, escucha y comprende a tu equipo

El papel del coach es guiar, pero también escuchar. El coaching no puede desarrollarse sin conocer a los coachees y sus objetivos o dificultades. De este modo, para convertirse en un buen coach – e incluso en un mentor – el camino a seguir es escuchar, escuchar, escuchar. Valoriza las voces de tus empleados, da importancia a sus preocupaciones y guíalos con las indicaciones que ellos mismos te proporcionaron.

4. Usa la positividad como base

Los grandes líderes alientan y motivan a sus equipos. La función del coaching es tomar la motivación del empleado y utilizarla para alcanzar objetivos concretos a través del esfuerzo individual y de equipo. Por tanto, el liderazgo y el coaching van siempre de la mano en el mundo empresarial.

5. Sé una presencia coherente

Al igual que en el mundo del marketing, un enfoque coherente y acumulativo resulta muy eficaz para construir, crear cambios y progresar. De este modo, los líderes productivos son coherentes en su temperamento, disponibilidad y misión. Y aunque existen varios estilos de liderazgo, todos tienen cinco pilares básicos: generar confianza, escuchar con atención, refuerzo positivo, focalización y consistencia. 

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