Negocios
La importancia de un plan financiero para las empresas en crecimiento
por Sara Martínez | 26 febrero, 2020
Definir unos objetivos financieros es vital para que el éxito de las empresas. En otras palabras, conseguir una mayor estabilidad económica requiere un buen plan financiero. Este plan funciona como un medio de análisis y reflexión que permite calcular y priorizar objetivos e inversiones. De este modo, el seguimiento de la evolución financiera de una empresa es más fácil y mucho más riguroso.
Un plan financiero es la forma de plasmar la estrategia para alcanzar objetivos a corto y largo plazo. Esta planificación permite analizar todas las directrices para que una idea sea rentable. Sin embargo, a pesar de ser un paso clave a la hora de estructurar un negocio, la creación de un plan financiero es una de las tareas que más asusta a los emprendedores. Esto se debe principalmente a la excesiva burocracia. Por eso, antes de diseñar un plan, es necesario comprender qué pasos debemos seguir para que esté bien organizado.
El objetivo de estructurar un plan financiero
Un plan financiero describe y analiza todas las variantes que conforman un negocio. Básicamente, este plan define los objetivos financieros y explora la forma como se pueden alcanzar.
Tener un plan financiero estructurado nos ayuda a lidiar con los problemas antes de que resulten perjudiciales para el negocio. Pero para que sea realmente eficaz, es necesario evaluar el estado actual de la empresa, definir objetivos globales, crear un plan de acción y prever escenarios alternativos.
¿Qué debe incluir un plan financiero?
Un plan financiero es un documento que analiza la viabilidad de una empresa y detalla sus objetivos financieros. Y para crear un plan sostenible es recomendable seguir algunos pasos:
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Estudiar la situación actual
El punto de partida es conocer la situación financiera del negocio. Empieza por obtener la información más relevante. Realiza un análisis del sector, del mercado y del capital de la empresa.
Un análisis DAFO te ayudará a definir las fortalezas y debilidades del negocio, y a identificar las oportunidades y amenazas del mercado. Una vez que hayas recopilado todos estos datos, podrás comenzar a estructurar un plan financiero efectivo.
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Definir objetivos
Después de analizar la posición de la empresa en el mercado, el siguiente paso es definir hacia dónde quieres ir. En esta etapa debes definir los objetivos, como el volumen de facturación que deseas alcanzar, límites de gastos, inversión de recursos operativos o las ganancias previstas al finalizar el ejercicio.
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Crear un plan de acción
Teniendo en cuenta los objetivos que hemos definido previamente, debemos crear un plan de acción que nos permita alcanzarlos. Este plan de acción puede incluir nuevos recursos, como la creación de departamentos en diversas áreas: marketing, ventas o finanzas. Estos departamentos serán los encargados de desarrollar las estrategias clave para alcanzar los objetivos.
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Predecir escenarios alternativos
Una planificación financiera efectiva también implica prever posibles escenarios de riesgo. Además de las acciones con mayor probabilidad de éxito, es necesario simular y predecir otros resultados. Cuanto más detallado sea el plan financiero, más preparado estarás para hacer frente a todos los posibles escenarios. De este modo, conseguirás reducir riesgos y reaccionar ante situaciones imprevistas.
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Planear inversiones
Un buen plan financiero considera todos los riesgos, objetivos y circunstancias del negocio. Así que también debe funcionar como apoyo a la hora de elegir esas inversiones que te ayudarán a satisfacer las necesidades de la empresa.
Métricas para garantizar un plan financiero eficaz
Como emprendedor, debes incluir ciertas tareas en tu rutina diaria, como la gestión del flujo de caja, la conciliación bancaria, el pago de facturas o el control de cobros.
Al lograr un mayor control sobre tus finanzas, tendrás una visión más clara y global de la realidad financiera y podrás predecir el rendimiento futuro del negocio, diseñando nuevos objetivos.
Para una mejor planificación financiera, puedes medir varios aspectos del negocio:
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ROI (Return On Investment)
El ROI, o Retorno de Inversión, mide el porcentaje de las ganancias en relación con la cantidad gastada. Esta métrica te ayuda a determinar si las inversiones realizadas tienen efectos positivos o negativos.
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Flujo de caja
Mediante el control del flujo de caja, es posible analizar las entradas y salidas de efectivo, en un determinado período de tiempo. Así puedes controlar el estado financiero del negocio y tomar decisiones mejor fundamentadas.
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Beneficios
Al medir las ganancias, es posible conocer la eficiencia operativa del negocio, y al mismo tiempo puedes descubrir los riesgos asociados. Este indicador analiza la situación real de la empresa y su capacidad para permanecer en el mercado.
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Rentabilidad
La rentabilidad representa el retorno de la inversión. Con esta métrica es posible comprender la capacidad que tiene una empresa para cubrir los costes asociados.
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Gastos
Al medir y definir los gastos de un negocio, tienes la capacidad de reducir gastos innecesarios y, en consecuencia, aumentar las ganancias.
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