¿Cuántas veces has estado concentrado haciendo algo importante y de repente te has distraído por cualquier cosa? Consultar el mail, una notificación en el móvil, la cena de esta noche... Las distracciones pueden deberse a muchos factores, pero no hay duda de que nuestra productividad acaba siempre por verse afectada.

Afortunadamente, hoy en día, a través de prácticas como el mindfulness, es posible reducir las distracciones y enseñar a nuestro cerebro a concentrarse y poner el foco en una sola tarea, controlando emociones, reacciones y pensamientos.

¿Qué es el mindfulness?

El mindfulness es una filosofía de vida de origen budista, que traducido al español quiere decir “atención plena”. Es una técnica que combina meditación y relajación para enseñar a nuestro cerebro a poner atención en el ahora. De este modo, enfocando nuestra atención en el momento presente, conseguimos sacarle el máximo rendimiento a lo que hacemos.

Esto significa que al practicar mindfulness mejorarás tu concentración y ya no te distraerás. ¿Pero qué tiene que ver esto con el aumento de la productividad? Pues muy sencillo, al estar completamente centrados en el instante presente y concentrarnos únicamente en la tarea que estamos llevando a cabo, obtendremos mejores resultados, no solo en lo que respecta a la gestión de tiempo sino también en la calidad de nuestra trabajo.

Esta disciplina también tiene su parte de meditación, pero no, no es necesario sentarse en la postura de loto, cerrar los ojos y ponerse a meditar. A continuación te damos unas sencillas pautas para implementar prácticas de mindfulness en tu día a día y conseguir aumentar tu productividad.

5 consejos de mindfulness para mejorar tu productividad

1. Ejercita tu atención

Realiza ejercicios de meditación que ayuden a tu cerebro a desarrollar la capacidad de concentrarse en algo en particular, como un objeto, una situación o una tarea. Los ejercicios más básicos se centran en la respiración, la caminata consciente o el examen mental de nuestro cuerpo.

Para realizar el ejercicio de respiración, siéntate en una posición cómoda y fija la mente simplemente en tu respiración, en aspectos concretos como el aire que entra y sale de los pulmones, o el movimiento del abdomen. Si prefieres caminar, ya sea dentro o fuera de la oficina, concéntrate en la sensación de tus pies tocando el suelo, en el aire fresco o en un olor en particular. Analiza mentalmente cada parte de tu cuerpo y presta atención a diferentes sensaciones.

Lo importante es dejar que tu atención se centre en una sola cosa cada vez. Es probable que vuelvas a distraerte fácilmente, es normal. Pero insiste y vuelve a focalizarte en lo que estabas haciendo. Si eres constante en este entrenamiento, poco a poco las distracciones irán desapareciendo.

2. Concéntrate en una única tarea

La base principal del mindfulness es el foco de atención, así que evita hacer varias cosas a la vez. Aunque pienses que con el multitasking estás siendo más productivo, porque tienes la sensación de que estás haciendo muchas cosas, lo que estás haciendo es dispersar tu atención y tu esfuerzo en varias tareas. Si logras focalizarte en una única tarea y completarla, el resultado final será de mucha mayor calidad.

3. Prioriza

Todos los días, antes de salir del trabajo, revisa tu lista de tareas, ve cuáles has completado, cuáles continúan pendientes o cuáles debes añadir, y prioriza. Recuerda que una lista no sirve de nada si no está bien organizada.

Puedes ordenar tus tareas por orden de prioridad, el nivel de atención que requieren o el tiempo estimado que necesitas para completarlas. Lo más recomendable es dejar las más importantes o complicadas para aquellos momentos en los que seas más productivo (esto suele ser generalmente por la mañana), y las menos urgentes o menos exigentes para el final de la jornada.

4. Crea un ambiente sin distracciones

Cierra todas las ventanas, pestañas o aplicaciones innecesarias. Trata de tener en tu ordenador únicamente lo esencial para completar tus tareas. Puedes elegir una hora del día para leer y responder tus emails, devolver llamadas o revisar todas las notificaciones de tu teléfono. Las redes sociales también suelen ser una gran distracción, así que desactiva las notificaciones y aprovecha para revisarlas en los descansos o intervalos.

5. Haz pausas a lo largo de la jornada

Pasar tantas horas frente al ordenador puede ser contraproducente, no solo para tu salud, sino también para tu productividad. Para evitar la fatiga visual y mental, lo más recomendable es hacer pequeñas pausas durante la jornada para desconectar y refrescar la mente. Como ya hemos dicho, puedes aprovechar estos descansos para realizar llamadas o echar un vistazo a tus redes sociales, así también ayudas a controlar tu curiosidad y ya no estarás tan pendiente a la hora de volver al trabajo.

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