Personas y Liderazgo

El buen liderazgo: diez claves para alcanzarlo

por Sara Martínez | 8 noviembre, 2018

Un buen empresario debe ser, sobre todo, un buen líder. De ello depende que todos los miembros de una misma empresa remen en dirección a los objetivos marcados y, en consecuencia, hacia el éxito. Es la única forma de ser rentable. Existen numerosas formas de fomentar el buen liderazgo en tu empresa, pero todas ellas se pueden resumir en el presente decálogo.

 

 

Sé un buen ejemplo para tu equipo

 

Ser un buen modelo a seguir es vital si quieres que tu equipo sea tan profesional como tú. En definitiva, debes predicar con el ejemplo, ser el primero en hacer aquellas cosas que quieres que todos los demás hagan.

 

Imagina que siempre llegas tarde a trabajar y que no vistes de la manera más adecuada para tu negocio. ¿Con qué legitimidad vas a reprender a tu equipo?

 

 

Debes desarrollar tus dotes de liderazgo

 

Sobre el papel parece sencillo, pero en realidad exige una gran capacidad de análisis personal. Para ser un buen líder debes saber cuáles son tus habilidades y limitaciones. También tienes que desarrollar tus dotes de liderazgo y buscar la mejora continua. Al ponerlo en práctica lograrás asimilar las aptitudes necesarias para gestionar cualquier equipo de trabajo de la manera más eficaz posible.

 

 

Las palabras bonitas no lo son todo

 

Motivar a tu equipo es muy importante, pero las palabras bonitas no lo son todo. De hecho, para ser un buen líder debes ir un paso por delante de todo tu equipo, tanto a la hora de hacer frente a una tarea relacionada con tu empresa como de implementar las numerosas tecnologías y novedades que afecten a tu negocio. En definitiva, para el liderazgo depende de una actualización diaria y de conocer todo lo que sucede en tu sector.

 

 

Asume la responsabilidad

 

Tu equipo te buscará para que lo orientes y le sirvas de inspiración. En eso consiste el liderazgo. Asumir esta responsabilidad es el único camino para llevar tu negocio a nuevas alturas. Sucederá lo mismo cuando las cosas no vayan tan bien: se dirigirán a ti confiando en que tomes las medidas correctivas necesarias.

 

 

Positivismo y optimismo

 

Es más probable que tu equipo se vuelva más comprometido y productivo si trabaja en un ambiente positivo y optimista. No tengas miedo a mostrar tu entusiasmo y confianza: un buen líder sabe perfectamente el impacto que tendrán en el entorno laboral.

 

Obviamente, no siempre es posible afrontar todas las cuestiones con alegría y una sonrisa en la boca, pero sí hay que evitar de todas las maneras posibles caer en el negativismo.

 

 

Transparencia

 

Es uno de los eslóganes de todo partido político, pero la transparencia dentro de tu empresa es sinónimo de un buen liderazgo. Informa a las personas que te rodean de todo lo que sucede en tu negocio y sector. Todos apreciarán el esfuerzo que has realizado y estarán más comprometidos que nunca con su trabajo y tu empresa.

 

 

Tu equipo son personas: conócelas

 

El liderazgo no consiste en que seas amigo de tu equipo ni en que seas una especie de clown que vaga por la oficina en busca de la risa fácil. Un buen líder debe tener muy presente que trabaja con personas y que todas ellas tienen sus propias perspectivas y capacidades. En definitiva, que todos viven momentos distintos a los de sus compañeros. Es vital entender lo que los hace funcionar y recordar que lo que motiva a uno no necesariamente motivará a otro.

 

 

¡Delega!

 

Una de las habilidades clave de todo líder reside en su capacidad para identificar las fortalezas de tus equipos y en delegar en ellos aquellas tareas que consideremos más propicias. Querer asumir todo el trabajo de nuestro negocio conlleva dos consecuencias muy peligrosas. Por un lado, responsabilizarnos de todo resulta inabarcable. Y de hacerlo, la calidad brillará por su ausencia en más de una tarea. Por el otro, porque desmotivaremos y frustraremos a nuestros trabajadores, quienes se sentirán inútiles ante la personalísima gestión del mal llamado líder de su empresa.

 

 

Entender, supervisar, completar

 

Y obviamente, para delegar debes asegurarte de que las personas que forman parte de tu equipo comprendan realmente las tareas que deben realizar y todo lo que conlleva lograr un resultado positivo. Es clave en todo buen liderazgo.

 

Asegúrate de conocer todas las respuestas a las dudas que puedan plantearse, ten a mano la información necesaria. Supervisar las tareas que realizan de una forma eficiente y cercana será el paso previo a la consecución de los objetivos.

 

 

La toma de decisiones y el poder de la sensatez

 

Obviamente, el principal cometido de una estrategia de liderazgo es la toma de decisiones. Pueden ser acertadas o no, influir más o menos en la cuenta de resultados, pero todas ellas deben cumplir una máxima innegociable: deben ser lo más sensatas posibles. Para ello, tu obligación como líder no es otra que informarte sobre todo lo relacionado con el sector en que desarrollas tu negocio y contar con las herramientas necesarias para resolver problemas, tomar decisiones informadas de una forma realmente rápida y planificar tu futuro empresarial.

 

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